el amor
El amor es cuando estamos frente a una determinada situación podemos separar los elementos que la componen. como para saber si desean establecer un compromiso.
lunes, 8 de junio de 2015
viernes, 5 de junio de 2015
El
amor es el sentimiento más importante de los seres humanos. El amor es
comprender, servir, dar, compartir, querer, respetar y convivir. A
través del amor podemos compartir cosas buenas y malas con lo que nos
rodean. No sólo sentimos amor por nuestros padres, sino también por
nosotros mismos, por nuestros semejantes y por el medio ambiente que nos
rodea.
En
nuestra familia, gracias al amor, participamos de las alegrías y
fracasos, del mismo modo como lo haríamos con un amigo... cuando nos
sentimos apreciados, respetados y comprendidos, mejoramos la convivencia
y fomentamos el espíritu.
El
amor es el sentimiento más importante de los seres humanos. El amor es
comprender, servir, dar, compartir, querer, respetar y convivir. A
través del amor podemos compartir cosas buenas y malas con lo que nos
rodean. No sólo sentimos amor por nuestros padres, sino también por
nosotros mismos, por nuestros semejantes y por el medio ambiente que nos
rodea.
En
nuestra familia, gracias al amor, participamos de las alegrías y
fracasos, del mismo modo como lo haríamos con un amigo... cuando nos
sentimos apreciados, respetados y comprendidos, mejoramos la convivencia
y fomentamos el espíritu.tipos de amor
tipos de amor
En las relaciones de la persona con su medio, el amor se ha
clasificado en diferentes manifestaciones; en virtud de ello, pueden aparecer
una o más de las siguientes:
Amor autopersonal:
El amor propio, amor compasivo, es, desde el punto de vista de la psicología
humanista, el sano amor hacia uno mismo. Aparece situado como prerrequisito de
la autoestima y, en cierto contexto, como sinónimo de ésta. Es algo positivo
para el desarrollo personal e indispensable para las buenas relaciones
interpersonales,17 y no debe confundirse con el narcisismo, que conlleva
egocentrismo y que coincide con una autoestima baja.27 Para el budismo, que
califica al ego como una mera ilusión de nuestra mente, el amor real, amor
compasivo, sólo existe cuando se dirige hacia otra persona, y no hacia uno
mismo. Para el psicoanálisis, que, de forma completamente opuesta al budismo,
califica al ego como la única realidad, el amor autopersonal siempre es
narcisismo, que puede ser, a su vez, saludable o no saludable.
Amor incondicional:
Es el amor compasivo, altruista, que se profesa sin esperar nada a cambio. El
amor espiritual, predicado por las diferentes religiones, es el amor
incondicional por antonomasia. El amor maternal, o amor de madre a hijo, se
reconoce también como amor de este tipo, y, por tradición, se considera
motivado por un fuerte instinto que lo hace especialmente intenso; no obstante,
hay también quien cuestiona la existencia de dicho instinto.
Amor filial: Entre
hijos y padres (y, por extensión, entre descendientes y ancestros).
Amor fraternal: En
su sentido estricto, es el afecto entre hermanos, aunque puede extenderse a
otros parientes exceptuados los padres y los descendientes. Nace de un
sentimiento profundo de gratitud y reconocimiento a la familia, y se manifiesta
por emociones que apuntan a la convivencia, la colaboración y la identificación
de cada sujeto dentro de una estructura de parentesco. Desde el punto de vista
del psicoanálisis, el fraternal es, al igual que el amor filial, sublimado, ya que
está fundado en la interdicción del incesto.
Amistad: Cercano
al amor fraternal, es un sentimiento que nace de la necesidad de los seres
humanos de socializar. El amor al prójimo nace a su vez del uso de la facultad
de la mente de empatizar y tolerar, y constituye la abstracción de la amistad.
Para Erich Fromm, dicho amor al prójimo equivale al amor fraternal y al amor
predicado en la Biblia mediante la frase «amarás al prójimo como a ti mismo».
Amor romántico:
Nace en la expectativa de que un ser humano cercano colme a uno de satisfacción
y felicidad existencial. Este sentimiento idealiza en cierto grado a la persona
objeto de dicha expectativa, definida en la psiquis.
Amor confluente:
Amor entre personas capaces de establecer relaciones de pareja, definido a
mediados del siglo XX. Aparece por oposición al amor romántico: no tiene que
ser único, no tiene que ser para siempre, no supone una entrega incondicional,
etc.
Amor sexual:
Incluye el amor romántico y el amor confluente. El deseo sexual, según Helen
Fisher, es diferente del amor romántico y del afecto (véase su estudio al
respecto). Desde el punto de vista de la psicología humanista, el amor
romántico —y el amor interpersonal en general— está relacionado en gran medida
con la autoestima.
Amor platónico:
Con propiedad, es un concepto filosófico que consiste en la elevación de la
manifestación de una idea hasta su contemplación, que varía desde la apariencia
de la belleza hasta el conocimiento puro y desinteresado de su esencia. Para
Platón, el verdadero amor es el que nace de la sabiduría, es decir, del
conocimiento.31 Vulgarmente, se conoce como una forma de amor en que no hay un
elemento sexual o éste se da de forma mental, imaginativa o idealística y no de
forma física.
Amor a los
animales y a las plantas: Nace de un sentimiento protector.
Amor hacia algo
abstracto o inanimado: A un objeto físico, una idea, una meta, a la patria
(patriotismo), al lugar de nacimiento, al honor, a la independencia
(integridad). Puede considerarse amor platónico en su sentido filosófico. El
patriotismo puede ir asociado a la heroicidad, en cuyo caso constituye un
comportamiento de altruismo respecto a su grupo, que en esencia es un
comportamiento de egoísmo respecto a otro grupo en la medida en que no se
considera al otro grupo de la misma condición.
Amor hacia un dios
o una deidad (devoción): Suele nacer de la educación recibida desde la
infancia, y se basa en la fe. Se considera a Dios como la fuente de todo amor.
En la mayoría de los casos, existe la creencia de que, tras la muerte, Dios
premiará de alguna forma a las personas que la correspondiente religión
considere virtuosas.
Amor universal:
Amor espiritual que, según diferentes religiones, todas las personas pueden
llegar a profesar al medio natural y que los grandes místicos experimentan como
expresión del nirvana, éxtasis o iluminación, estados de conexión absoluta con
el universo o con Dios. Es una manifestación sublime en la que se eclipsan o
confluyen el resto de las manifestaciones. Eckhart Tolle sostiene que el amor,
como estado continuo, aún es muy raro y escaso, tan escaso como un ser humano
consciente.
Aspectos psicológicos
Para presentar el punto de vista de la psicología sería
preciso presentarlo de cada uno de sus enfoques/escuelas.
Desde un punto de vista de la terapia cognitivo-conductual,
el amor es un estado mental orgánico que crece o decrece dependiendo de cómo se
retroalimente ese sentimiento en la relación de los que componen el núcleo
amoroso. La retroalimentación depende de factores tales como el comportamiento
de la persona amada, sus atributos involuntarios o las necesidades particulares
de la persona que ama (deseo sexual, necesidad de compañía, voluntad
inconsciente de ascensión social, aspiración constante de completitud, etc.).
Desde la psicología cognitiva y psicología social, destacan
las investigaciones efectuadas acerca del amor de Robert J. Sternberg, quien
propuso la existencia de 3 componentes en su teoría triangular del amor:
La intimidad,
entendida como aquellos sentimientos dentro de una relación que promueven el
acercamiento, el vínculo y la conexión.
La pasión, como
estado de intenso deseo de unión con el otro, como expresión de deseos y
necesidades.
La decisión o
compromiso, la decisión de amar a otra persona y el compromiso por mantener ese
amor.
Estos tres componentes pueden relacionarse entre sí formando
diferentes formas de amor: intimidad y pasión, pasión y compromiso, intimidad y
compromiso, etc.
Desde corrientes psicoanalíticas, para Erich Fromm el amor
es un arte y, como tal, una acción voluntaria que se emprende y se aprende, no
una pasión que se impone contra la voluntad de quien lo vive. El amor es, así,
decisión, elección y actitud. Según Fromm, la mayoría de la gente identifica el
amor con una sensación placiente. Él considera, en cambio, que es un arte, y
que, en consecuencia, requiere esfuerzo y conocimiento. Desde su punto de
vista, la mayoría de la gente cae en el error de que no hay nada que aprender
sobre el amor, motivados, entre otras cosas, por considerar que el principal
objetivo es ser amado y no amar, de modo que llegan a valorar aspectos
superficiales como el éxito, el poder o el atractivo que causan confusión
durante la etapa inicial del pretendido enamoramiento pero que dejan de ser
influyentes cuando las personas dejan de ser desconocidas y se pierde la magia
del misterio inicial.
Le sommeil («El sueño», 1866). Óleo sobre lienzo de Gustave
Courbet.
Así pues, recomienda proceder ante el amor de la misma forma
que lo haríamos para aprender cualquier otro arte, como la música, la pintura,
la carpintería o la medicina. Y distingue, como en todo proceso de aprendizaje,
dos partes, una teórica y otra práctica.
Desde el punto de vista de la psicología humanista, la
definición de amor más delimitada que aporta el humanismo es la de Carl Rogers,
también considerada por Abraham Maslow: «amor significa ser plenamente
comprendido y profundamente aceptado por alguien». Según Maslow, «el amor
implica una sana y afectuosa relación entre dos personas». Partiendo de estas
dos definiciones, la necesidad de amor se basa en algo que incita a las
personas a ser aceptadas y adheridas a una relación. Dice Maslow: «La necesidad
de amor implica darlo y recibirlo […], por tanto, debemos comprenderlo; ser
capaces de crearlo, detectarlo, difundirlo; de otro modo, el mundo quedará
encadenado a la hostilidad y a las sombras». Para Maslow, así como para muchos
teóricos de la psicología, las necesidades o pulsiones-deseo descritas por el
psicoanálisis nunca llegan a una satisfacción completa o son acompañadas por el
surgimiento de una nueva necesidad, por lo cual siempre permanecerá en la persona
un estado de requerimiento.
Cuando en las relaciones sentimentales existe cierto grado
de egoísmo, se producen situaciones en las que uno de los amantes, por miedo al
fracaso, por la inseguridad emocional que le produce su falta de autoestima,
polariza su egoísmo en una muestra extrema y desesperada de altruismo, que a
modo de ultimátum se manifiesta por un amor desmedido sin pensar en los límites
de uno mismo, pudiendo incluso llegar a poner en peligro su propia existencia o
la de la otra persona por estar experimentando un estado polarizado de
obsesión. En este caso, el que ama, desea y anhela el bien y la felicidad del
ser amado, y lo hace por encima de todas las cosas, pero, en última instancia,
esperando obtener algo a cambio. Desde el punto de vista del budismo, es un
amor con apego. En estos casos, el dar sin recibir a cambio, el sacrificarse y
anteponer las necesidades del ser amado por encima de las de uno mismo, suele
considerarse, para las personas que no han cultivado suficientemente el
altruismo, es decir, para las personas que no son capaces de amar sin apego,
una antesala al desequilibrio emocional, ya que la persona objeto de la
obsesión no tiene por qué responder tal como se había premeditado; o puede
incluso que, bajo una actitud igualmente egoísta, no agradezca el esfuerzo y
exija aún más. No obstante, algunos confunden esa polarización con amor
«verdadero» o «sano», y exigen de la otra persona el mismo comportamiento,
pudiendo manifestar frustración extrema y, como salida a dicha frustración,
violencia. Por los resultados evidentes en las noticias a diario, observamos
una creciente tendencia a la violencia en el noviazgo, en la que los psicólogos
actuales apuntan a esta patología de obsesión polarizada (desencadenada por una
baja autoestima) como principal desencadenante de estos conflictos.
Suscribirse a:
Entradas (Atom)